
Si bien los cuidadores familiares desempeñan un papel fundamental en la vida de pacientes con cáncer, a menudo se les relega a un rol secundario dentro del equipo de atención médica, restringiendo su comunicación y oportunidades para colaborar más de cerca. La situación ignora cómo la relación entre los oncólogos, los cuidadores familiares y los pacientes impacta en el estado emocional y la forma en que estos últimos enfrentan la enfermedad, e incluso la calidad de la atención médica.
A razón de esto, en la Clínica Oncológica Astorga hemos fortalecido nuestra red de apoyo a pacientes y familiares, en nuestro compromiso por ofrecer una atención completa e integral.
Desde este espacio de confianza, ayuda y empatía, cuidamos y guiamos la relación entre todos los miembros que acompañan al enfermo en este camino, siendo su bienestar el centro de todo.
Sabemos que los familiares tienen muchas dudas, especialmente sobre cómo pueden trabajar mano a mano con los especialistas, la forma de alimentar esta relación y cuáles son los retos que enfrentan. Por tal razón, preparamos este artículo con la intención de que sirva de guía en este proceso y ayude a cuidadores y profesionales de la salud a mantener una buena y sana dinámica.
¿Cómo funciona la colaboración entre cuidadores y profesionales de salud?
Un cuidador familiar es aquella persona que dedica parte importante de su vida diaria a cuidar a personas cercanas que necesitan ayuda para realizar actividades cotidianas, como adultos con limitaciones funcionales, adultos con discapacidades intelectuales o afecciones crónicas y oncológicas complejas. En el año 2013, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció a estas personas como “socios esenciales del equipo de cuidado”.
Por eso, se considera que pueden "colaborar" con profesionales de la salud en el cuidado de pacientes, es decir, trabajar juntos de forma que estén bien informados y participen activamente en las decisiones sobre el tratamiento. Algo así como un equipo donde hay confianza, respeto y donde todos pueden hablar abiertamente y ponerse de acuerdo sobre quién hace qué.
Esta cooperación no es algo que sucede de un día para otro. Se desarrolla en tres etapas: primero, se involucran los familiares, luego empiezan a colaborar de verdad, y finalmente, se sienten empoderados, es decir, con capacidad y autoridad para actuar.
En este tipo de relación, el equipo médico no solo se limita a informar, sino que toma la iniciativa para hablar con los familiares, les piden su opinión y los integran en el proceso de decidir cómo cuidar al paciente de la mejor forma posible.
Beneficios de la colaboración entre cuidadores y profesionales de salud
Dado que están en contacto constante con el paciente, los cuidadores son también los más apropiados para detectar cambios sutiles que podrían pasar desapercibidos para los profesionales médicos que tienen visitas menos frecuentes. Así se reducen las necesidades insatisfechas del paciente y mejora la calidad de la atención en salud.
Sin embargo, su papel no solo se limita a la observación. Existen estudios que demuestran que la calidad de la atención en pacientes mejora cuando se involucra a los cuidadores en el cuidado y en la toma de decisiones.
Asimismo, la experiencia de colaborar con el equipo médico, les brinda a los cuidadores beneficios significativos para ellos mismos, entre ellos:
Adquieren mayor conocimiento y habilidades para brindar un cuidado de calidad a su ser querido. Esto les permite sentirse más seguros y confiados en su capacidad para afrontar las responsabilidades del cuidado.
Logran una mayor sensación de control sobre la situación. Esta autoeficacia fortalecida se traduce en una mejor capacidad para afrontar los desafíos del cuidado y cuidar de su propia salud mental y bienestar.
Reducen el estrés y la carga emocional asociada al cuidado familiar.
Mejoran su bienestar mental al sentirse parte del equipo de atención, ser escuchados y valorados por los profesionales médicos, y contar con espacios para expresar sus inquietudes y necesidades.
Puede interesarte Cáncer y depresión, una relación que no debe ignorarse
Qué involucra integrar a los cuidadores al equipo médico
La conversación que los cuidadores y profesionales de salud mantienen a menudo se centra en temas logísticos, como la administración de los medicamentos, la coordinación de los servicios de transporte y de comidas, y las tareas médicas o de enfermería básicas.
Por ello, su integración al equipo de atención médica involucra:
Líneas de comunicación abiertas con el equipo médico o especialista, con el fin de compartir información sobre el estado del paciente, cambios en los síntomas, efectividad de los tratamientos y cualquier preocupación que surja.
Educación y capacitación sobre cómo manejar aspectos específicos del cuidado del paciente, como la administración de medicamentos, el manejo del dolor y los cuidados paliativos. Esto con el fin de que el cuidado en casa sea seguro y efectivo.
Creación de un plan de cuidados que abarque tanto el tratamiento médico como las necesidades diarias del paciente, siempre asegurando que sea práctico y se ajuste a la vida diaria del paciente y su familia.
Capacitación sobre técnicas básicas de apoyo psicológico, a su vez, los cuidadores pueden informar a los profesionales sobre cualquier necesidad adicional de apoyo que pueda ser necesaria.
Capacitación sobre cómo actuar ante situaciones de crisis o emergencias médicas. Eso incluye reconocer signos de deterioro y saber cuándo contactar a los profesionales de la salud.
Proporcionar recursos adicionales, como grupos de apoyo, servicios de consejería, o referencias a otros especialistas cuando sea necesario.
Mantener un lenguaje práctico y entendible por parte de los profesionales de la salud hacia los cuidadores del paciente, con el fin de facilitar la comunicación y reducir los problemas de interpretación.
Cuál es el modelo de integración recomendado por Astorga
El modelo de relación médico - paciente - familia es uno de los más efectivos. Propone una relación basada en la confianza y la cercanía, donde todos se sientan escuchados y respetados. Para lograrlo, es importante trabajar dos cosas:
Primero, la buena comunicación. Los profesionales de la salud deben asegurarse de que tanto el paciente como su familia entiendan todo lo que está pasando, qué tratamientos se van a usar y por qué. Sabemos que esto puede ser complicado, pues el vocabulario médico suele ser técnico y difícil de comprender para el público general. Además, cuando se está enfermo o preocupado, puede ser más difícil concentrarse o recordar todo lo que el médico dice. Por eso, nuestros profesionales manejan las herramientas necesarias para comunicar con efectividad, entiendo el contexto en que se mueve la conversación.
Lo segundo es entender que la relación no termina solo porque sí; sigue hasta que el paciente mejore o, en el peor de los casos, fallezca. Durante todo ese tiempo, el médico debe tratar al paciente con dignidad, respetando sus decisiones y ayudándole a participar activamente en su propio tratamiento.
En Astorga extendemos tu cuidado más allá de nuestra clínica
En la Clínica Oncológica Astorga, comprendemos la importancia de apoyar no solo a nuestros pacientes sino también a sus familias. Nuestro equipo de primer nivel, liderado por oncólogos altamente capacitados, está siempre disponible para resolver dudas, ofrecer claridad y aliviar el temor asociado con las enfermedades oncológicas.
Nuestra forma de trabajo se centra en la colaboración estrecha entre cuidadores y profesionales de salud, asegurando un enfoque integral y compasivo hacia el tratamiento y la mejora continua de nuestros pacientes. Siempre capacitando y vigilando el cuidado que le dan a los pacientes en casa.
Contamos con tratamientos de vanguardia y tecnología única en América Latina, personalizados para cada caso.
Comments